DECLARACION DE LAS ORGANIZACIONES DE LA SOCIEDAD CIVIL CUBANA EN CONTRA DEL BLOQUEO
El bloqueo impuesto por el gobierno de los Estados Unidos de América contra Cuba durante seis largas décadas, ha dejado huellas en la vida de cada cubana y cubano.
Cuando Cuba dice que el bloqueo es una política cruel y genocida, no solo habla de los daños en la economía que por supuesto significan un impacto real en la mesa y en los proyectos de las familias cubanas. Está hablando también de niños con su visión afectada para siempre, de enfermos de cáncer privados de medicamentos indispensables para el tratamiento de la enfermedad, de la falta de implementos necesarios para la inclusión de las personas con algún tipo de discapacidad. Cuba habla de la exigencia de mucho más tiempo y recursos para la producción científica de medicamentos o vacunas que después coloca al servicio del país que los necesite porque ninguna hostilidad va a erosionar el carácter humanista de nuestro proyecto.
Cuba sufre desgaste, dolor y pérdidas reales.
Cuba está hablando de dificultades que no se pueden imaginar quienes quieren abrir un emprendimiento y desarrollar un proyecto económico o social, especialmente los jóvenes que despliegan su iniciativa bajo una sanción, solo porque su sociedad ha intentado ser distinta, y porque su pueblo ha optado por un camino de justicia que el gobierno de EEUU de América se empeña en castigar. Esto debe tenerse en cuenta cuando se emiten juicios sobre nuestro modelo económico, en los que se coloca la responsabilidad de las dificultades únicamente en la gestión del Estado cubano y se invisibiliza la responsabilidad histórica que tiene el gobierno de EEUU de América en la situación económica que vive la isla.
El bloqueo significa daños reales a la calidad de la vida de las personas. Sin sensibilidad alguna, vulnera los derechos a la salud, a la alimentación, a la cultura, al disfrute de un medio ambiente sano, a la educación de un pueblo digno, noble y trabajador. Es una política inhumana que también viola los principios que deben prevalecer en las relaciones entre los pueblos y Estados. Limita además la posibilidad de intercambio en todas las esferas entre Cuba y los Estados Unidos de América, lo que redundaría en beneficio de la población de ambos países, y de los pueblos de la Región de América Latina y El Caribe.
La pandemia fue el escenario oportuno para que el gobierno de los Estados Unidos de América mostrara su buena voluntad. Por el contrario, recrudeció las medidas contra nuestro país, para querer aislarnos todavía más, con menos viajes, menos mercado, menos combustible. Ante ello nuestro pueblo respondió con más resistencia, paciencia, más creatividad, más solidaridad hacia otras naciones afectadas por la pandemia, nuevas actitudes heroicas a pesar de las molestias crecientes provocadas por las dificultades de la vida cotidiana.
Han sido las familias las que han soportado este peso. Durante décadas se han lastimado sus lazos, se ha estimulado su separación, se ha dañado su capacidad de responder de forma tranquila a las necesidades de sus miembros y a un proyecto colectivo que aporte a la sociedad que somos. La administración Biden ha anunciado medidas que deberían impactar en alguna medida esta situación y esperamos puedan implementarse para bien de todas las cubanas y cubanos.
Desde 1992, la Asamblea General de las Naciones Unidas se ha pronunciado anualmente, y por abrumadora mayoría, contra el injusto bloqueo. Agradecemos ese importante apoyo, así como el de miles de organizaciones de la sociedad civil en el mundo, incluidas estadounidenses, que demandan el fin de esa injusta e ilegal política y exigimos al gobierno de los Estados Unidos cumplir con la voluntad de la opinión pública internacional.
Las organizaciones de la sociedad civil cubana que suscribimos la presente Declaración, reafirmamos nuestro derecho a vivir sin bloqueo, a construir nuestro camino con soberanía y autodeterminación y demandamos el cese de esa inhumana, inmoral e ilegal política que afecta el derecho humano fundamental de toda la población de la nación: el derecho pleno a la vida.
La Habana, 7 de julio de 2022
(ACNU)